Chivas VS América, un clásico analizado.

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Comenzaba el partido Chivas vs América de la jornada 10 del futbol mexicano. En el papel América partía como favorito para llevarse los 3 puntos, fue así, pero el partido fue color rojiblanco durante los 90 minutos. Chivas salía con un planteamiento 4-2-3-1 que por muchos momentos se transformaba en un 4-2-4 o 4-3-3. Los locales formaban con el siguiente XI: Rodolfo Cota; «Dedos» López, Jair Pereira, Carlos Salcedo, Edwin Hernández; Orbelín Pineda, Pérez; Brizuela, Cisneros, Zaldívar; Bravo. Los azulcremas plantaban un 4-4-2 muy marcado conformado por: Hugo González; Paul Aguilar, Paolo Goltz, Pablo Aguilar, Osmar Mares; Daniel Guerrero, Martínez, Rubens Sambueza, Andrés Andrade; Oribe Peralta, Darwin Quintero.

Al pitazo inicial Chivas mordía y presionaba al América. En la salida América buscaba generar la superioridad, pero el Guadalajara presionaba con una marca hombre contra hombre, lo mismo que obligaba a Hugo González a reventar el balón. En el juego aéreo Chivas ganaba y tenía la posesión del balón. Chivas atacaba y el América ni las manos metía. Michael Pérez se incrustaba entre los 2 centrales para marcar a un centro delantero, en muchos casos Oribe y Salcedo marcaba a Darwin, por ello se generaba una superioridad de 3 vs 2 en zona baja. Pérez, Salcedo y Pereira contra Darwin y Oribe. Chivas con este desarrollo táctico le ganaba a las águilas en zona baja y tenía una salida limpia de balón.

Los rojiblancos cargaban con Bravo y Zaldívar la banda de Carlos Cisneros, generando así la liberación de la banda contraria, la de Brizuela. Chivas en su afán de atacar por los costados lograba abrir el campo y generaba oportunidades, una de ellas transformada en un gol del «Cone» injustamente anulado.

La variante ofensiva que plantó Chivas fue interesante y atractiva. Zaldívar y Bravo fijaban a los dos centrales, Isaac Brizuela y Cisneros quedaban mano a mano contra los laterales. Tratando de contrarrestar esta variante táctica, Chepe Guerrero retrasó su posición para generarle ayuda a los centrales, pero su movimiento le liberaba un espacio a Orbelín Pineda que no supo aprovechar esta superioridad.

Siendo superior el primer tiempo, Chivas se iba al descanso habiendo jugado una de las mejores primeras partes del torneo. En el inicio del segundo el América contuvo los ataques del rival con un solo movimiento, Osvaldito ya no iba tanto, aguantaba más para jugar al contragolpe. América movió las redes primero tras un riflazo de Darwin Quintero que se clavaba en la portería de Cota tras un error defensivo del equipo rayado, el primero del partido.

En un segundo error, y casi como un balde de agua fría, cayó el segundo americanista, Un mano a mano por banda ganado por Sambueza el cual centraría para Oribe que anotaría de cabeza. Segundo error en la marca, segundo gol. Como central Salcedo le dio la espalda al jugador y perdió el perfil defensivo, este pequeño error se transformaría en el 2-0 visitante.

Ya conforme avanzaba el partido, se notaba un América muy tirado atrás, cediendo la iniciativa al equipo local. Cisneros se iría expulsado por una agresión, lo mismo que Goltz por parte de los visitantes. 10 contra 10, Chivas cambiaba a línea de 3 y metía de la banca al «Gullit» Peña para generar superioridad en el centro del campo.

Una gran jugada colectiva, que sería definida por el mismo «Gullit», ponía los carteles 2-1. La presión generada por el Guadalajara era asfixiante, el América no sabía por dónde.

Para finalizar el partido los conatos de bronca no se ausentaron, y como es de costumbre en un clásico, se vieron los golpes.

Finalizaba el partido, las Chivas perdían ganando y el América ganaba perdiendo. Como aficionado me fui contento sabiendo que mi equipo, mis colores, respetaban la filosofía de juego, respetaban una idea, un estilo, una forma, todo esto genera satisfacción independientemente del resultado. Hoy debo agradecer a Chivas, porque sudaron la camiseta y dejaron el alma en el campo, y encima propusieron una forma de juego, la cual tenía como principal objeto el balón, no podía pedir mas.

«La peor desgracia es que tu equipo no te genere ilusión de buen fútbol. Solo esperamos el final de la película.» Diego Latorre.

 

Por Santiago Manzur Carvajal.

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