Alegría

¿Qué puedo decir que no haya dicho antes? Me encanta el sentimiento de sentirme vivo, la adrenalina que provoca una competencia de cualquier tipo, la emoción de abrir un libro nuevo. Placeres como estos no se consiguen tan fácilmente hoy en día, en una sociedad donde el dinero es lo más importante, las personas han olvidado que incluso algo tan simple como el cielo estrellado en las noches son todo un espectáculo a la vista de unas personas, se olvidan de lo que en verdad importa, la familia, el amor y el abrazo de un ser querido.

Me compadezco de las personas que aún rodeadas de amigos y familia dicen no ser felices, cuando poseen el mayor tesoro que la vida pueda brindarles, tal vez deberían plantearse nuevamente qué felicidad están buscando, si es una felicidad pasajera o una que trasciende aún la vida misma.

Admiro a mis amigos y los ayudo en lo que puedo, prefiero compartir mis pertenencias con ellos a disfrutarlas sólo, una acción que parece haber surgido de la nada pero que aún así me hace feliz. De igual manera disfruto de mis ratos sólo, la soledad ha sido mi aliado desde hace mucho pero creo esa es la razón de que aprecie tanto los momentos que vivo acompañado y en compañía de la gente que amo.

Dentro de las cosas que me gustan aún siendo un deportista de tiempo completo son los tiempos libres, un momento para descansar y dedicar a mi mismo e inclusive a la escuela.

Extraño la sensación de adquirir conocimientos todos los días y si, quizás lo adivinaste, me gusta la escuela, no por lo que otras personas piensan, no por las amistades, fiestas y demás cosas que los adolescentes buscan encontrar hoy en día en lo que ellos denominan escuela, sino porque simple y sencillamente me gusta aprender. Me han dicho muchas veces que no soy una persona de este siglo y quizás tengan razón. Si me llaman así por buscar un pedazo de papiro amarillento o un pergamino de hace muchos años que así sea por que entiendo que lo que para mi es un tesoro, algo que me hace feliz, no lo es para los  demás, sin embargo disfruto de  igual manera las opiniones de los demás, que me digan lo que opinan y lo que les gusta, aprender de ellos y conectar con otras personas.

No me gustan las personas que se la pasan de fiesta en fiesta malgastando su vida y su dinero en cosas que en realidad no quieren, engañándose a ellos mismo de que eso es lo que quieren, que es la única manera de escapar de los peligros que habitan en su vida. Yo prefiero actuar como las personas que enfrentan el problema de raíz y que obtienen un sentimiento refrescante al lograr algo que tanto trabajo les costó trabajo.

Quién dice que la felicidad se mide en pesos, dólares o euros, si tan solo ver una puesta de sol es un chispazo al corazón de cualquier persona, si ver una buena película con tu pareja o amigo te hace sentir feliz y en casa. Me llaman la atención las personas que en los momentos difíciles tratan de consolar a sus seres queridos, aún cuando no soy una de esas personas y sólo puedo  expresar todos estos sentimientos por medio de la escritura ya que pienso que uno debe ser muy fuerte para acercarse a una persona disgustada y encontrar las palabras necesarias para calmarla.

Si me pidieras definir un momento en el que he estado feliz en mi vida no sabría qué decirte, esto se debe a que siempre trato de que cada momento sea memorable, cada juego inolvidable, cada libro que leo una aventura nueva y cada amistad que hago duradera, al final solo me pregunto una cosa, cómo las personas pueden vivir ancladas a sólo un momento de su vida. Por lo que veo, llevo decenas de palabras escribiendo sobre momentos y cosas que me hacen feliz y sin embargo encuentro personas que están seguras que su mejor momento fue ganar el mundial de algo, que su único color favorito es el verde, que sólo aman a una persona y que nada más en sus vidas ha sido de importante.

¿Que tal si te dijera que lo más feliz del mundo se encuentra siempre frente a ti, ya que mientras vivas siempre encontrarás algo bueno y que te haga feliz? Siempre busca el ojo de la tormenta donde todo es tranquilo y pacífico.

Creo que empiezo a divagar del tema pero no es un accidente, ya que como te habrás dado cuenta me gusta escribir, aún cuando nada de lo que digo tenga sentido y sea sólo algo que se me viene a la mente, eso me hace feliz.

¿Que irónica es la vida no lo crees? Odias hacer tareas, trabajos y demás y sin embargo cuando terminas te sientes feliz de haberla hecho. Sientes felicidad al saber que lo lograste, que por fin terminaste y que por eso no tendrás que pelearte con tus padres, luego con tu maestro, esto no te acarreará problemas y tendrás el fin de semana libre sólo para ti y para desperdiciarlo en lo que tú quieras.

Sí de nuevo adivinaste, soy fanático de los domingos, aunque en realidad no creo que sea una sorpresa, no conozco a nadie que no disfrute dormir aunque sea una hora más de lo normal, abandonar un poco la rutina y hacer algo nuevo, despegarte un poquito de las acciones de todos los días.

Me encantaría saber lo que a ti te encanta, tener una charla aunque no sea de nada en específico, divagar en lo que tú conoces y en lo que yo conozco, ¿no es ese acaso el método para hacer amigos? para disfrutar una buena tarde y divertirse sin importar lo que yo tenga o lo que tú tengas.

Con este escrito me doy cuenta de que no me gusta hablar de lo que me gusta. Siento (por lo que me enseñaron) que mis problemas son mis problemas y que normalmente si compartes lo que te gusta terminan respondiéndote con un «y a mi que me importa». A eso hemos llegado, a que aún cuando yo disfruto escuchar tus opiniones tu no disfrutas de las mías, que cuando tu hablas yo escucho pero cuando yo lo hago tu atención se distrae hacia cualquier otra cosa. Ante esta situación me doy cuenta que aún cuando no me escuchas no me importa, que soy feliz con sólo escribir lo que siento y guardarlo para mi mismo o parar las pocas personas que están dispuestas a escuchar lo que yo digo.

Lo último que me gustaría compartir sobre lo que añoro, es que quien sea que se tomará la molestia de leer este escrito me hace feliz ya que significa que se preocupa por lo que escribo y lo que pienso.

Por Edmundo Reynoso de la Fuente