1984. La rebeldía de ser uno mismo.
Es un poco raro para mí describir un libro que habla sobre la limitación impuesta a las opiniones de dar opiniones, sin embargo admiro del libro la habilidad con la que el autor maneja un escenario pasado para describir un problema que sucede en nuestra época, un problema del que muchos de nosotros ni siquiera somos conscientes, la desinformación y la ignorancia que describe el libro están siendo vividos hoy en día y con el gobierno tomando cada vez más el control de nuestras acciones, la situación no pinta nada bien.
De igual forma me impresiona cómo suprimir nuestro lenguaje y reducirlo a sólo unos cuantos conceptos básicos puede limitar en gran medida no sólo a nuestra capacidad para pensar, sino que también la capacidad que tenemos para expresarnos de manera diferente y de esta manera reducir nuestras posibilidades de oponernos al sistema sin ser detectados y retirados al instante. Si esto les suena común es porque ya se está viviendo, la información que proporciona el gobierno es limitada y cada vez los adolescentes se interesan menos por los estudios, la RAE cada vez añade más modismos y se eliminan reglas por comodidad de las personas.
Y muchos se preguntaran qué pasa si alguien se opone al sistema, si alguien de alguna manera logra revelar toda la información que se encuentra retenida sobre los secuestros, las misteriosas desapariciones que pasan todos los días o sobre qué se hace con el dinero que el pueblo aporta. Estoy seguro que si alguien pudiera revelar tal información el punico resultado que obtendríamos sería la total ignorancia de la sociedad ante tal información. Así es, tal como el escrito explica, la sociedad se ha vuelto vacía e ignorante, qué más le importa si sus recursos bajan cada vez más.
Con tal de que no haya registros comprobables de nada, la memoria puede ser modificada y moldeada a su antojo.
Imagina la situación más estresante en la que puedas estar, luego piensa que lo único que puede ayudarte a perder cuando menos ese pensamiento es el gobierno, que lo único que te causa un sentimiento de felicidad es el gobierno, que las otras actividades que logran apartarte de la realidad sean borradas, de esta manera todo tu fervor y felicidad contenida serían dirigidas hacia un solo sujeto…el gobierno.
Cuando tu humanidad es suprimida es fácil manipularte ya que todo razonamiento sobre la manera en que las cosas son efectuadas es anulado, tu juicio sobre lo que está bien y mal se nubla con palabras que parecen ser sacadas de una utopía, algo perfecto que sólo puede ser verdad para alguien que sólo quiere lograr la manera de sobrevivir y resolver el día a día.
El futuro es incierto sin embargo aún no nos damos cuenta que cargamos con una telepantalla todos los día y para todos lados, estos dispositivos aunque es cierto son una gran herramienta también empiezan a esclavizarnos poco a poco. No hay que llegar muy lejos, es fácil sólo ver la marca que cargamos y preguntémonos por qué la elegimos, la publicidad esta afectando nuestra manera de pensar drásticamente y nos está llevando a suprimir la razón con el objetivo de comprar cada vez más objetos que no son necesarios y hasta cambiar de idea sobre algún grupo de personas.
Al final sólo espero con todo mi corazón que cuando llegue el momento sigamos siendo nosotros y no solo uno más del grupo ya que creo yo las diferencias es lo que ayuda a un país a avanzar, la diversidad de pensamiento es lo que hace que hoy en día seamos lo que somos y pienso que ninguna razón es suficientemente grande para justificar a un gobierno que toma el control de esa manera.
Por Edmundo Reynoso
Maravilloso! Este libro siempre me gustó, y la forma en que lo analizaste me parece muy acertada!
Abajo el Gran Hermano!