LA DERROTA DEPORTIVA

Todos sabemos que en el deporte muchas veces se gana y otras veces se pierde, pero en realidad, la derrota puede ser una victoria siempre y cuando aprendamos de ella.

Desde chicos nos inculcan la victoria, el ganar, siempre ser el mejor, cueste lo que cueste, pero ¿en realidad es tan importante la victoria?

Aquel que aprende de la derrota ya está en camino al triunfo, a la victoria. Para llegar a la cima, primero hay que conocer el fracaso, la amargura.

El aprendizaje en la derrota es amargo, pero es sincero, algo que en la victoria probablemente no se encontraría. La victoria y la derrota tienden a engañar, a cegar al ser humano, al público, al espectador.

Conforme conocemos la derrota aprendemos de ella y es más fácil llegar a digerirla, pero hay una manera de que la derrota no sea tan dolorosa, ser fiel a tu idea, a tu estilo, a tus valores y creencias. Si le somos fiel a nuestros ideales y llegamos a conocer la derrota, está será menos dolorosa, más satisfactoria y se tendrá mayor aprendizaje.

Hoy vamos perdiendo los valores en el deporte para llegar al triunfo cueste lo que cueste, al llegar al triunfo de esta manera, ya estamos derrotados. El decirle a los jugadores que la victoria es lo más importante es la mayor mentira posible, para los niños lo más importante deberá ser el aprendizaje en el trayecto a la victoria.

Debemos, nosotros como sociedad, tratar de cambiar la forma en que se ve la derrota en las edades tempranas del deporte. Uno es deportista por la pasión, por el amor al deporte, la victoria viene después.

La derrota debe ser vista como buena, siempre y cuando exista un aprendizaje de ella, para no volver a caer con la misma piedra. Al final deben los niños entender que perder no es malo, siempre y cuando se hayan respetado los valores y las ideas previamente establecidas.

«El arte de vencer se aprende en las derrotas». – Simón Bolívar.

Santiago Manzur