Expectativas, aprendizajes y logros del fin de ciclo

 In Académicas, Opinión

Al principio de este semestre no sabía qué esperar, porque al final del anterior me di cuenta de las cosas que importan en clases, que no puedes aflojar cuando te está yendo bien y que tienes que dedicarles tiempo a las cosas. Empecé el semestre con buenas calificaciones, les dedicaba tiempo a los proyectos y en las materias que me iban mal y con ello pude ver cambios, de haber reprobado materias logre a que mi promedio por materia no bajara de 8.

En el último parcial me propuse a exentar la materia de Química, y aunque descuidara las otras materias tenía que exentarla. Al final me sentí muy orgulloso de mi mismo porque a pesar de que cambiaran las calificaciones de mis otras materias, pude lograr lo que me propuse y saqué ese 10 que tanto quería.

Dejando a un lado las calificaciones y las materias, me agradó la idea de continuar en el Tepeyac, al principio de año yo no quería estar en esa escuela, simplemente no tuve otra opción ya que mi hermano estudiaba aquí, entonces mi idea era cambiarme al Cervantes en tercer semestre. Mi idea fue cambiando con el tiempo, empecé a conocer personas nuevas, me di cuenta de las amistadas que tengo y de las que puedo llegar a tener. Me di cuenta que aunque conozcas a alguien por mucho o poco tiempo, siempre hay personas que te apoyan no importa la situación, ya sea buena o mala. Me percaté que en ciertos momentos nadie estará ahí para ti, que tendrás que hacer las cosas y lograr tus metas por ti mismo y eso te dará una enorme satisfacción personal, me ayudó a sentirme bien conmigo mismo, creo que es algo que aún tengo que seguir trabajando, pero ya pude empezar en ello.

Personalmente, entender lo anterior también me ayudó en algo que me ha gustado toda mi vida y no había podido lograr el objetivo deseado: jugar bien al futbol. Desde chico me ha gustado mucho, no soy el mejor, pero sé que soy muy bueno, siempre he podido jugar en la escuela y con mis amigos, pero en los partidos los nervios me comían, empezaba a hacer las cosas mal y no jugaba como lo suelo hacer. No me gustaba ir a los partidos, y a pesar de ello me metí en el equipo de futbol y no falté a ninguno de ellos, ya que a pesar de los nervios y no estar cómodo, me proponía las cosas y cumplía con ello. Por la experiencia que fui tomando, pude ir mejorando y mis nervios fueron disminuyendo, llegando al punto que ganamos un título y llegamos a semifinales de otro torneo. Antes de todo ello había pensado en dejar de pensar que mi futuro sería el futbol y ahora sé que no podré ser un futbolista profesional pero sé que hice lo que me gustaba, logré lo que me propuse a pesar de las malas cosas y a pesar de los errores que tuve, pude enmendarlos.

Me di cuenta que tus amistades mejoran y siempre llegan a ser mejor de lo que esperas, aunque tu sientas que no están, que no te apoyan o hayas tenido un mal momento con ellos, percibirás que están ahí para ti, ese tipo de amistades valen mucho.

Este fue mi año en el Tepeyac. Gracias.

Por Bruno López Virgen

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